lunes, 31 de mayo de 2010

Taconazos o no taconazos, esa es la cuestión

Los queremos y los odiamos, nos sacan una sonrisa cuando nos ayudan a estilizar el tipo o nos provocan casi las lágrimas cuando maltratan nuestros pobres piececillos… Tacones o no tacones, es el debate al que nos enfrentamos cada vez que pensamos un estilismo, y tomamos una decisión de la que después nos arrepentiremos (cuántas veces hemos dicho “hoy no era el día para estos taconazos”).



Particularmente, pienso que en la vida pasamos por varias fases: una fase cómoda y plana; otra fase de taconazos, en esa me encuentro yo ahora, que me los coloco siempre para ir a la universidad; luego después de tanto taconazo seguro que se pasa por una nueva fase plana, aunque depende de cual sea mi situación de trabajo… y quizá se pase por algún periodo cuña, que es uno de los mejores inventos para conseguir ganar centímetros sin tener que llegar con los pies doloridos…

Porque los tacones son traicioneros, tú los ves en la tiendas y piensas, ufff son demasiado altos, pero por otro lado, esto me tiene que hacer a mi unas piernazas, así que te los llevas con la excusa de que ya te los pondrás por casa para darlos un poquito de si y cogerles el tranquillo. Pero por mucho que los metas en el congelador, los estires, y los intentes dar de sí, el día que te los pongas, saldrás de tu casa pensando, “pues son cómodos”, pero 15 minutos después te darás cuenta de la equivocación, pero entonces ya será demasiado tarde…



Luego está el truco de me llevo unos zapatos y me cambio… A mi eso no me vale, porque termino dejándome los zapatos en cualquier lado pero en realidad porque yo tengo el dicho de vuelve como sales, ya que si eres valiente para ponertelos se también valiente para no quitártelos.

Aunque hay muchas que tenemos una habilidad especial para lucir taconazos. El secreto! Buscar la altura de tacón máxima que puedas soportar, cosa que te puede costar algunos pares de prueba así como comprar buena calidad, mejor pocos pares buenos que muchos malos. A mi me encanta ir con taconazos de compras con una sonrisa en la boca, aunque muchas veces me quedo fascinada de mi misma… o en Semana Santa, o en Nochevieja en situaciones en las que sabes que vas a estar mucho rato de pie…



Mala experiencias también he tenido no lo voy a negar… desde llegar a casa con los zapatos en la mano, que los pies me den mordiscos y piense que nunca más me voy a volver a poner taconazos. Por no hablar de cuando es un zapato bajito el que te hace daño. Eso si es una traición en toda regla! Tú te confias y te pones ese zapatito bajo que piensas que no te va a fallar, pero entonces te lo pones, y te hace una rozadura de un tamaño considerable.

Por último hablar del gafe del taconazo. Cada vez que piensas, hoy no voy a estar mucho rato de pie, voy a ponerme tacón alto… y entonces, el día se tuerce de tal forma que el ascensor se estropea, tienes que entrar y salir 20 veces, esperar el autobús de pie y terminas 10 horas encima de los dichosos zapatitos.

Y vosotras, dónde tenéis el limite del tacón? 10 centímetros? Usáis tacón a diario o preferís ir planas? O sois de las que aguantan lo que le echen encima de su par de taconazos? Cuál es vuestro truco? Y el peor rato que habéis pasado?

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